IMPORTANCIA DEL DEPORTE ESCOLAR
La función educativa del deporte debe implicar además
de la enseñanza de técnicas y tácticas, el desarrollo de las cualidades físicas
de los alumnos y alumnas.
La expresión "Deporte Escolar" da lugar a un
campo conceptual amplio en muchos sentidos, en tanto que debe permitir
identificar claramente el tipo de práctica o actividad que se envuelve en tal
expresión, precisando, cuál es el significado, el sentido y la finalidad de la
misma.
La función educativa del deporte debe implicar además
de la enseñanza de técnicas y tácticas, el desarrollo de las cualidades físicas
de los alumnos y alumnas, la transmisión de hábitos, valores y actitudes. En
este punto, el problema principal que se nos presenta como educadores/as es
¿qué hábitos, valores y actitudes debemos transmitir a los alumnos/as atletas?
Y seguidamente ¿cómo hacerlo?
A continuación expongo una relación de valores o
actitudes que pueden ser trabajados a través del deporte escolar:
El Deporte Escolar puede ser un instrumento que
contribuya a la adquisición de habilidades sociales en las personas. Sin
embargo, debemos ser críticos con la idea de pensar que la práctica deportiva
centrada en el hecho de ganar o perder puede ser socializadora.
El deporte escolar será un correcto medio de
socialización cuando pueda ser practicado por todos los niños y niñas que así
lo deseen y no sean excluidos por razones de aptitud física ni motriz.
Los educadores, deben favorecer los aspectos del
deporte escolar que repercute en las habilidades sociales mediante conductas
que faciliten las relaciones entre los participantes, fundamentalmente
propiciando acciones de solidaridad y tolerancia.
Nos referimos a un contexto educativo o escolar en el
que lo que debe predominar es la formación integral del niño/a y no otros aspectos
de la enseñanza deportiva que puede desarrollarse en etapas posteriores.
El diálogo como capacidad básica de todo ser humano y
fuente de resolución de conflictos sociales requiere también de un aprendizaje.
Para el diálogo efectivo y que contribuya a la mejora de la educación integral
de las personas es necesario una pauta fundamental, la serenidad, el sosiego y
la tolerancia.
Lamentablemente no siempre es éste el ambiente que
rodea a una competición deportiva escolar, la “obsesión competitiva” que existe
provoca efectos contrarios a los mencionados como son la excitación, el
apasionamiento o la alteración.
Es imprescindible enseñar a los jóvenes deportistas a
respetar las normas o reglamentos de forma justa y ecuánime. En la edad
escolar, donde el maestro/a se constituye en árbitro de situaciones
problemáticas, la existencia de tareas en las que sean los propios alumnos/as
los que tengan que conocer y hacer cumplir las normas del juego son elementos
con una riqueza educativa intrínseca.
Una sociedad tan competitiva como la actual dificulta
significativamente la enseñanza de pautas de cooperación. Sin embargo, a través
del deporte se fomenta la cooperación y podemos darnos cuenta de la necesidad
que tenemos de los demás para resolver determinadas situaciones o tareas.
También para conseguir transmitir a nuestros
deportistas la cooperación a través del deporte podemos estimular la
comunicación y la coordinación del grupo al que nos dirigimos.
Otro aspecto importante, y que en el deporte escolar
es necesario tener presente, es que las diferencias que existen entre los
miembros del grupo no deben ser un obstáculo para la convivencia.
Los maestros y maestras deben fomentar la integración
y nunca la exclusión y esto ocurre cuando seleccionamos constantemente a los
“mejores” para “ganar” una determinada competencia.
Compartir es una
forma de participar con otros en una actividad. El deporte proporciona esta
participación, pero como mencionamos anteriormente el estilo de vida de la
sociedad contemporánea inmersa en la competitividad y en el hecho de alcanzar
retos inigualables, en muchas ocasiones desvía la educación de hábitos en los que
se acepten a las personas tal y como son, cooperemos en actividades concretas,
y admitamos la cooperación de otros.
La socialización
a través del deporte es una tarea que no siempre se ejerce porque el modelo
competitivo es el que impera en todos los niveles, incluso en el Deporte
Escolar tal y como venimos observando durante años. Por tanto, es necesario un
cambio de aptitud y sobre todo tener conciencia de que el camino seguido, en
muchas ocasiones, no es el correcto para conseguir los efectos sobre nuestros/as
jóvenes deportistas, y de ese modo el deporte intervenga en la formación
integral de los niños, niñas y adolescentes.
El deporte no es
educativo sólo si nos limitamos a enseñar aspectos técnicos y tácticos con el
objetivo de crear “campeones” y ganar el mayor número de competiciones
posibles; o al menos, no es tan educativo como podría ser ya que el aprendizaje
y desarrollo de patrones motores o estratégicos es sólo una parte de lo que
debería implicar la práctica deportiva en las escuelas.
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